¿Para qué brindar servicios si puedes brindar experiencias?
Una vez leí la siguiente frase:
“Tus clientes no compran tu producto o servicio. Compran la emoción que les haces sentir y el significado que tiene para ellos utilizar tu marca”.Hoy, dos años después de empezar a brindar servicios profesionales como freelance a mis clientes, y hoy con una empresa integrada por 6 colaboradores, me doy cuenta que más que una emoción, ellos compran la experiencia que le puedes brindar.
La experiencia que le brindas al cliente empieza desde que éste tiene el primer contacto tu marca, inclusive tu marca personal. Dígase: perfil en las redes, página web, referencia personal o profesional, un correo de presentación, o cualquier otro tipo de contacto.
Es vital que desde esta etapa empiece su experiencia, y que esta sea mágica e inolvidable.
Piensa: ¿dónde puede el cliente encontrar mis servicios? ¿Qué es lo primero que ve, lee, o siente en ese momento? ¿Qué yo quiero que el cliente sienta cuando tiene contacto con mi marca? Y analiza qué cosas puedes mejorar para asegurar que si tu potencial o actual cliente tiene tres, cinco o más opciones en el mercado tenga que elegirte a ti, o al menos decidir ver tu propuesta de producto o servicio.
Luego de que buscas las maneras de impactar a tus clientes a través de la experiencia que es saber de ti y lo que ofreces, tienes que considerar ¿Cómo planeas brindar esas emociones a tu cliente? ¿Cómo entregas esas experiencia?
Aquí, como en la mayoría de las respuestas a las preguntas más importantes de la vida: el balance es la clave. Al brindar servicios, ofrecemos un intangible que tiene que balancear calidad con tiempo de entrega. Vivimos en una época digital, y todo es en tiempo real, queremos nuestros servicios ahora, rápido, “para ayer”; pero también queremos el mejor servicio que podamos recibir por lo que estamos pagando.
Imagina que visitas un restaurante, si la calidad de la comida es increíble, digamos que es el mejor plato que has probado, pero el servicio es fatal, duró tanto en llegar a la mesa que ya el hambre no te dejaba pensar, es muy probable que lo pienses dos veces antes de regresar.
Sucede lo mismo si las condiciones resultan viceversa, la atención es excelente, nunca habías recibido tu orden tan rápido, pero es la peor comida que has probado jamás, es muy probable que no regreses. Evalúa la calidad de trabajo, con relación a los demás en el mercado, y considera tus tiempos de entregas. ¿Qué puedes hacer para mejorar ambos? Tal vez un primer paso interesante sea preguntar a tus clientes actuales cómo calificarían estos.
Las ideas no valen nada, si no las hacemos realidad. Brindando servicios a mis clientes he aprendido que el mayor valor está en la ejecución. Una buena idea la puede tener el mismo cliente, sin embargo te contratará no solo porque tienes los conocimientos y las experiencias necesarias para hacerlo, sino porque el está convencido que lo harás mejor que él, o porque no tiene el tiempo para hacerlo.
Por eso, podemos alcanzar el éxito, dígase, la felicidad del cliente al contratarte y trabajar contigo, simplemente con ejecutar el plan, lograr el resultado, brindarle la experiencia.
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